Destinos Rolísticos (Franquicia Universal): El reto de los 30 días (XVI)

XVI

ESA INTERPRETACIÓN QUE TE SALE BORDADA

Tengo dos favoritas: el inocente atormentado y la máquina de matar.

El inocente atormentado no sabe de qué va la cosa. Está metido en medio de un marrón tremendo o tremendísimo y le queda grande. En muchas ocasiones, se ve poseído por poderes que ni entiende ni tiene capacidad de entender. Miradas confusas, tartamudeos varios y, mis favoritos, susurros en momentos clave que hace que al resto de jugadores se les pongan los vellos de punta.

Ejemplo: partida del Rastro. Una maestra de escuela que llevaba tres años ejerciendo en un lugar donde había caído un color del cielo. El máster me preguntó por qué sólo me cogí dos de cordura... y le dije que llevaba tres años ejerciendo en un lugar donde la gente se ponía enferma, había maravillosas luces y colores que fascinaban mi espíritu artístico y me absorvían y, sobre todo, aunque me sentía mal, era incapaz de salir de ahí. Me dio la razón.

En ocasiones... veo colores... son... maravishoshooos... tan... tan...

La máquina de matar es simple. Sus motivaciones son sencillas. Va a ir al sitio que haya que ir y va a hacer lo que debe hacer. Que es aprovechar sus magníficas habilidades físicas y de armas, compradas a costa de habilidades sociales (que no morales) e intelectuales. El resto... el resto puede esperar. No habla mucho. No hace falta: cuando tiene que hablar, todo el mundo le escucha. Por su bien. O porque no tiene más remedio. Cuando una máquina de matar te tiene atrapada, que hable significa que no te está haciendo daño. Más daño, quiero decir.

No es profundo, no hay hondas motivaciones ocultas.

No es intelectual, no hay reto que inspire a la mente.

Es di-ver-ti-do.

Ejemplo: partida de Mass Effect con el sistema de CdB. Un krogan que no sabía contar si no era con sus dedos, pero tenía una fuerza y unas habilidades físicas considerables. Tenía su corazoncillo: le gustaba jugar con las muñecas. Primero atontaba a sus enemigos con el mobiliario y luego los cogía y hacía de ventrílocuo, para convencer al resto de la tropa de recapacitar sobre su actitud. "Mira, el krogan no te hará lo que me ha hecho a mí si tiras tus armas y te rindes". Krogan malo, cualquier cosa que venga será bueno.